Humet en la memoria
Dentro de unos días se cumplirá un año del fallecimiento del cantautor Joan Baptista Humet. Su desaparición ha significado una gran pérdida para la canción de autor, eso lo sabemos bien quienes conocemos su obra y teníamos claro lo que era capaz de crear. Tenía en proyecto seguir haciendo unas canciones que esperábamos con ilusión todos sus admiradores, volver a componer en catalán, seguir acompañándonos con su arte y con su vida, y todo se rompió el 30 de noviembre de 2008.
Pero si escribo este comentario en estos momentos no es para que se recuerde su muerte, sino para que no se olvide su espíritu de trovador. Humet estará eternamente en sus canciones, lo llevaremos siempre en la memoria como el cantautor libre que fue, como el artista que iba a contracorriente, que no encontró nunca su lugar, y así se chocaba con muros imposibles de traspasar. Y de esa misma manera, se ganó el corazón de mucha gente, que como yo, nunca pudimos olvidarlo cuando De pronto un cable se le cruzó ante aquel vértigo repentino, cerró la puerta del camerino, tiró la llave y desapareció.
Muchos de sus admiradores de toda la vida seguíamos esperando que volviera, y un día volvió, por generosidad, por cariño hacia nosotros. Volvió y lo explicaba en su canción El Regreso: Ay, señor compositor que ha vuelto del olvido, ¡que puede haberle convencido, si no es amor!
El 10 de noviembre de 2004, Joan Baptista Humet regresaba formalmente al mundo de la música. Lo hizo presentando su disco Sólo bajé a comprar tabaco en la sede de la SGAE de Madrid; lo acompañaba en su presentación Joaquín Sabina. En ese disco se incluye una canción titulada “Quién tiene un sueño”, y allí estábamos sus admiradores para estar con él en su vuelta, compartiendo ese sueño.
Escribo estas líneas porque hoy se cumplen cinco años de la presentación de Solo bajé a comprar tabaco, el último trabajo de Humet, el epílogo de una obra artística esencial que empezó en 1970 con la publicación de varios singles que incluían Gemma, El llaurador, Busco una flor, Tonades. Más tarde publicaría Kristine y No m'importarà pas gens, que darían paso a su primer Lp: Fulls. Después llegarían: Diálogos, Aires de Cemento, Fins que el silenci ve, Hay que vivir, Amor de aficionado, Sólo soy un ser humano; un legado extraordinario de canciones que a muchos nos han acompañado a lo largo de nuestra vida.
La fotografía que ilustra mi comentario pertenece a su último disco; en ella se plasma la alegría del reencuentro del autor con su música, con su guitarra y con sus admiradores. Esta es la imagen que permanecerá en la mente de quienes hemos vivido con sus canciones, de quienes siempre llevaremos a Joan Baptista Humet en la memoria.
(A Pierangela con un fuerte abrazo)
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