Violetta
en las arenas de una playa quieta
y una gaviota de niñez que baja
a refugiarse en su madera seca.
Violetta tiene un nombre de poema
garabateado en una servilleta
por esos parias en alcohol perdidos
tan solitarios, tristes y poetas.
Violetta, Violetta, Violetta.
Violetta a veces llora esos amores
que tras la noche, al alba, izan las velas,
siempre los mismos pasos de regreso
desde el adiós del muelle hasta su pieza.
Tiene una historia como en las canciones
que los borrachos cantamos en las mesas
de las tabernas con humo y acordeones
pasados de tabaco y de cerveza.
Violetta, Violetta, Violetta.
Tiene una foto al lado de la cama
donde la infancia duele amarillenta
y la sonrisa de ahora no es la misma
traviesa y cómplice de aquellas trenzas.
Violetta bebe su ron adulterado,
manos furtivas recorren sus caderas
y entre procaces risas y caricias
vaga en sus ojos sin luz la borrachera.
Violetta, Violetta,Violetta.
Puso sus manos tibias en mis manos
por una calle de un país cualquiera,
mi corazón, me dijo, es como el tuyo,
late soñando con otras riveras,
y yo que vivo yéndome de todo
al fin me fui sin volver la cabeza,
la vi bajar los ojos y en silencio
la oí contar los pasos a su pieza.
Violetta, Violetta, Violetta.
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El reconocido cantautor argentino Abel Pintos presenta Gracias a la vida, un EP de versiones que dialogan con la memoria sentimental del continente. Con interpretaciones personales de obras icónicas, Abel Pintos revisita canciones que marcaron su historia musical y emocional.