Concierto-homenaje a Joan Baptista Humet
«No tengáis ninguna duda: mi alma ocupará hoy una butaca entre vosotros»
El trovador dejó escrita una emotiva carta tres días antes de su muerte para ser leída el día de su homenaje que se celebró ayer.
El trovador dejó escrita una emotiva carta tres días antes de su muerte para ser leída el día de su homenaje que se celebró ayer.
El concierto que inicialmente tenía que tener lugar en el Teatre Nacional de Catalunya se cambió por el Club Sant Jordi al agotarse los boletos en sólo tres minutos. Las que se pusieron de nuevo a la venta duraron apenas veinte a pesar de que estaba anunciada su emisión en directo por la televisión catalana. Este es un país cobarde y salvaje —ya lo dijo Espriu— donde a los trovadores se les jubila a destiempo o directamente se les olvida y uno debe morirse para salir por televisión.
El periodista Xavier Grasset ofició de maestro de ceremonias con gran oficio y sin la más mínima concesión a la solemnidad ni a la lágrima fácil.
Periodistas como Enric Frigola, Jordi García Soler, Antoni Bassas y Pedro Ruiz y actores como Amparo Moreno, Carme Sansa y Arnau Vilardebó tampoco quisieron dejar pasar la oportunidad de rendir homenaje al maestro.
Joan Baptista Humet era un gran letrista, pero sobretodo un hombre capaz de construir bellas melodías, pegajosas y limpias. Sus muchos amigos así lo creyeron y las canciones que se interpretaron ayer sonaron así: íntimas y deliciosamente desnudas. Porque no sólo se llenó ayer el Club Sant Jordi de grandes trovadores; ayer fue también la noche de los grandes pianistas: Francesc Burrull, Lucky Guri, Enric Colomer, Ricard Miralles, Joan Albert Amargós, Josep Mas "Kitflus", Antoni-Olaf Sabater, Dani Espasa.
Empezó el acto Núria Feliú que volvió desde su jubilación para abordar un espléndido "Que ens vegem un dia" más recitado que cantado. Ana Belén, con esta elegancia que lleva incrustada en su piel nos obsequió con una pulcra y emocionante "Clara" acompañada al piano por su hijo David San José quien también acompañó a su padre Víctor Manuel en un sentido "Layetana abajo". Joan Isaac, con un acompañamiento de lujo —Enric Colomer al piano, Joan-Eloi Vila a la guitarra y Josep Maria Francino al bajo— supo sacarle todo el partido a una de las primeras canciones de Humet: "Busco una flor". Joan-Eloi Vila, ya sin Isaac, ejecutó una limpia e impresionante versión instrumental de "Sólo soy un ser humano". Dyango, recién recuperado de un infarto, regresó a los escenarios con una histriónica pero inspirada versión de "Que no soy yo". Luego le tocó el turno a Serrat que interpretó "Fulls" con una cierta inseguridad que suplió con la talentosa capacidad que tiene el Nano de hacer suya cualquier canción. Marina Rossell, uno de los motores del concierto cantó "Gemma", canción que Humet dedicó a su hermana que falleció hace mes y medio. Otro jubilado de lujo, Lluís Llach —que ayer hizo doblete, pues venía de un homenaje a Miquel Martí i Pol— acompañó al piano —más vale eso que nada, pensó más de uno; para este viaje no hacían falta alforjas pensaron otros— a Jordi Batista que cantó "Fins que el silenci ve". Moncho y María del Mar Bonet con "Terciopelo" y "Si te me'n vas" respectivamente, espectaculares. Por último Pegasus —otro jubilado de lujo, que en un país normal tendrían el crédito y honor que tienen por ejemplo Genesis o Supertramp—, formado nada más y nada menos por Max Sunyer a la guitarra, Kitflus a los teclados, Rafael Escoté al bajo y Santi Arisa a la batería, cerraron la parte musical con un medley espectacular de canciones como "Clara" y "Gemma".
Quedaban todavía dos sorpresas antes de terminar el espectáculo: la primera la lectura de Lluís Marrasé —organizador de todo el espectáculo— de una carta que el propio Joan Baptista Humet dejó escrita tres días antes de su muerte para ser leída en ese preciso momento y la segunda la aparición en pantalla gigante del propio Humet en un concierto grabado en el Palau de la Música interpretando "Hay que vivir", momento en el que todos los participantes del evento regresaron al escenario para corear conjuntamente la canción.
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