Francisco Espinosa analiza su relación con la música de Pablo Guerrero

Pablo Guerrero en mi vida

por Francisco Espinosa el 08/06/2009 

Esta noche, 8 de Junio de 2009, haremos en Madrid un homenaje al mítico cantautor Pablo Guerrero. Los homenajes deben darse en vida y a poder ser cuando el homenajeado se encuentra en perfectas condiciones, tanto físicas como intelectuales. Por eso este homenaje, porque queremos que Pablo sepa que ha sido un referente para nosotros.

Cuando aprobé el carnet de conducir, estuve un tiempo compartiendo coche con mi tía, ella tenía unos 40 años y yo algo más de 18. A menudo asistíamos juntos a los conciertos que daban en el Rincón del Arte Nuevo gente como Rafael Amor, Joaquín Lera, Juan Antonio Muriel o Javier Batanero, a los dos nos gustaban mucho.

Recuerdo que ella llevaba en el coche varias cintas de música, todas muy variadas y entre ellas había una de Pablo Guerrero, concretamente el mítico disco “A cántaros”.

Una noche, unos ladrones abrieron el coche y se llevaron casi todo lo que había de valor dentro, salvo el radio-casete (que era muy malo), y dos cintas, una de Mari Trini y la de Pablo Guerrero. Siempre les agradecí a los ladrones su incultura y que no les gustase Pablo Guerrero, ya que gracias a ellos pasé cientos de horas (ya que yo nunca ponía la de Mari Trini) escuchando la música de Pablo, canciones tan míticas como “Planeó”, “Para huir de la muerte”, “Buscándonos”, “Me encontrarás” y tantas otras. Como anteriormente yo ya tenía en casa el disco, había veces que seguía escuchando el disco en casa,  no creo que haya muchas personas en el mundo que hayan oído ese disco más veces que yo. Me convertí en un seguidor apasionado suyo, me compré el famoso disco del “Olympia” y conseguí que mi socio de escenarios, Javier Prieto me prestara los discos “A tapar la calle” y “Porque amamos el fuego" para grabarlos. Javier había estado en 1978, con 13 años, en la presentación en Madrid del disco “A tapar la calle”, es decir, otro gran seguidor.

Llevaba un tiempo sin saber nada de él, cuando en 1985, una noche encendí la televisión y me encontré a Pablo Guerrero junto a Suso Sáiz, Miguel Herrero y algún otro músico más en un concierto cantando una canción nueva, se trataba de “La maga de Coimbra”, una maravilla de canción, fresca, innovadora, cargada de nuevas sensaciones. Todo sonaba muy eléctrico, incluso llevaban una guitarra sintetizada. Estaba asistiendo a los primeros pasos de Pablo Guerrero dentro de la música más innovadora, algo alejado del folk y de la canción más tradicional, donde tan bien se movía. Aquella canción formaba parte de un (para mí) disco mítico titulado “Los momentos del agua”.

Después han venido otros muchos discos, la mayoría muy innovadores siempre y todos apasionantes. No quiero hacer un análisis de sus discos, para eso hay múltiples páginas webs donde ya lo hacen, tan sólo quería contar un trocito de mi historias junto a la música de Pablo. Los últimos años ya han sido afortunadamente pudiendo disfrutar no sólo de música, sino de su amistad también, Pablo es un gran músico, un maravilloso poeta, pero más que eso, es una excelente persona. Jamás podré olvidar un viaje que hicimos juntos en mi coche, donde pude disfrutar de un adelanto que me trajo del que luego sería el disco homenaje producido por Ismael Serrano, que se tituló “Hechos de nubes”, un maravilloso regalo.

Hace ya casi un año, se me ocurrió la idea de juntarme con un grupo de amigos, cinco o seis en total, todos de mi generación o más jóvenes y todos también próximos a Pablo, para reunirnos en un local de Madrid, un pequeño local de los que solemos tocar nosotros, para cantar cada uno dos o tres canciones de Pablo y así hacerle un pequeño homenaje. Al final la cosa ha crecido, muchos se han querido sumar a este homenaje y al final nos juntaremos bastantes amigos, en la sala más grande (de las salas donde programan cantautores) de Madrid para hacer el homenaje. Me dicen que hay mucha expectación y que seguramente se abarrotará el Galileo Galilei esta noche. Ojalá.

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