XLIII Festival del Huaso de Olmué
Manuel García tras triunfar en Olmué: «El Festival de Viña es pan comido»
El artista chileno encantó al público con su humildad y talento. Y logró el primer gran rugido por parte del público de El Patagual. García sigue forjando la estatura de su figura.
El artista chileno encantó al público con su humildad y talento. Y logró el primer gran rugido por parte del público de El Patagual. García sigue forjando la estatura de su figura.
Manuel García en el Festival del Huaso de Olmúe
© Prensa Festival del Huaso
Andrés Escobar/Prensa Olmué - Manuel García crece con cada presentación. El aplomo, la conexión, la empatía y el diálogo se hacen más fluidos. García como un crack. Un ídolo que no se entera de su condición. Al menos, no se acostumbra. Luego de las ovaciones tras Alfil, Témpera o Tu ventana el ex Mecánica Popular es incapaz de esconder la espontaneidad de su agradecimiento. La inocencia que permite sorprenderse y emocionarse como piezas que iluminan su humildad.
Fueron casi cuarenta minutos sobre el escenario. Un recorrido de nueve canciones que atravesaron Queda lo que quema, Piedra negra, Danza de las libélulas, Vida mía y La gran capital. Y que mostraron la versatilidad del Festival de Olmué. García subió a escena tras Yuri. García y sus rulos negros después de la espectacular aparatosidad de la mexicana, que utilizó en su oído derecho una “muela” llena de brillantes; el chileno instaló un audífono en su oreja izquierda: una extensión de su cabello. Un trovador aperado sólo con sus letras, profundidad y agradecimiento.
Pareciera que Manuel García no tiene un carisma especialmente dedicado a atrapar al público. La conexión surge como una consecuencia de la naturalidad. Y se manifiesta de forma profunda. El chileno ha sido el único artista —hasta ahora— que detonó el rugido de la gente.
García es despedido del escenario. Leo Caprile comienza a presentar la Competencia del Festival. Pero El Patagual no permite continuar con el show. García vuelve con Reloj para terminar con una presentación redonda.
Tras bajar del escenario, Manuel García había subido otro escalón en su fecunda carrera. Tanto, que el mismo lo reconoció en la conferencia de prensa. Se manifestó feliz de haber participado en un escenario que llega a un público “más masivo”. Olmué dejó a García más que preparado para su presentación en el Festival de Viña del Mar.
“El de Olmué es un público muy crítico; vienen señoras, son familias que no dicen sólo ‘vamos a pasarlo bien’. El público tiene un comportamiento, quieren escuchar y entender a su país a través de las canciones. Viña, con toda su parafernalia, es un escenario mucho más fácil de abordar.
“El Festival de Viña es pan comido”, sentenció el ariqueño.
La cantautora Judit Neddermann y el guitarrista Pau Figueres presentan un nuevo álbum conjunto, con doce canciones en castellano, catalán, portugués y francés, grabadas en directo en estudio. Entre ellas, una nueva versión de Vinc d’un poble con Joan Manuel Serrat y temas originales que combinan pop, folk, jazz y música popular brasileña.
El cantautor chileno Patricio Anabalón lanza el single Danza con la participación de Silvio Rodríguez, en una obra producida por Javier Farías y enriquecida con los aportes del Cuarteto Austral, Felipe Candia y otros destacados músicos e ilustradores; en un encuentro generacional de la canción de autor.
El compositor, etnomusicólogo y director teatral napolitano Roberto De Simone ha muerto en Nápoles a los 91 años. Fue autor de La gatta Cenerentola y fundador de la Nuova Compagnia di Canto Popolare. En su Cantata per Masaniello colaboró el grupo chileno Inti-Illimani, en una obra que unió la tradición napolitana con la música latinoamericana.
La cantante catalana Sílvia Pérez Cruz participa con su voz en el nuevo trabajo del compositor Feliu Gasull, donde interpreta varias piezas con orquesta, en un disco que reúne también a Pau Figueres, Josep Pons y la Orquestra del Gran Teatre del Liceu.
La profesora puertorriqueña Limarí Rivera Ríos publica el primer estudio académico interdisciplinario sobre la obra de Silvio Rodríguez, explorando la relación entre canción y poesía, la representación del amor como ética revolucionaria, el discurso racial y el legado de Martí y Guillén.