Festival BarnaSants 2009

Algo más que Sabina sin Sabina

por Xavier Pintanel el 28/02/2009 

Pancho Varona, Antonio García de Diego, Jaime Asúa, y José Antonio Romero, cuatro de los músicos, productores y compositores españoles más importantes forman el Carabina 30-30, nombre que toman del famoso corrido mexicano.

Estamos habituados a verlos acompañando, produciendo, grabando y componiendo canciones con y para Joaquín Sabina especialmente, pero también para Luz Casal, Miguel Ríos, Ana Belén, Víctor Manuel y tantos otros. Pero los Carabina 30-30 son algo más que un concierto de Sabina sin Sabina.

En primer lugar Pancho Varona, Antonio García de Diego, Jaime Asúa, y José Antonio Romero son cuatro monstruos y sin ellos, la Historia de la música de autor sería distinta. Dicho queda. Son la "letra chica" de cualquier producción que se precie. Esos de "esto no hubiera sido posible sin la colaboración de".

Por eso, verlos así, a los cuatro juntos en un escenario, dando la cara —dando la voz sería más correcto— impresiona.

En segundo lugar el formato escogido, cercano y acústico —cuatro sillas, cuatro guitarras y un teclado— lejos de todo el boato sabinero le da una dimensión muy particular al espectáculo.

En tercer lugar plantean el espectáculo alejados de toda pretensión, sin el más mínimo interés en buscar fama y fortuna y sólo con el objetivo de correrse una buena juerga encima del escenario, hacérselo pasar bien al personal fuera de él, cobrar la plata que les den y regresar a casita a volver cada uno con lo suyo.

Esta aparente superficialidad le dio al concierto un aire más fresco, menos trascendente y, por lo tanto, más lúdico.

Seguramente por eso—y porque suman decenas de años de talento y escenarios— estos muchachos se atreven con todo: desde Lithium de Kurt Cobain o With a little help from my friends de Lennon y McCartney hasta Como la cigarra de María Elena Walsh o la canción que da nombre al grupo Carabina 30-30, pasando por una sentida Aunque tú no lo sepas de Quique González que Pancho Varona tuvo que interrumpir por la emoción porqué entre tanto ji-ji ja-ja también le quedaba un espacio a la sensibilidad.

Aun así el peso del concierto se lo llevaron las canciones compuestas por ellos y que de alguna manera reconocemos siempre en boca de otros, como por ejemplo Peces de ciudad, Corre, dijo la tortuga, Contigo, No me importa nada, La canción más hermosa del mundo o Y sin embargo.

Hay veces que Sabina no nos hace falta.

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