«Cosido a mano y a medida»
Teresa Parodi y Ana Prada, una sociedad a medida y con muchas razones para perdurar
Si de sociedades musicales se trata, la de la correntina Teresa Parodi y la uruguaya Ana Prada, Cosido a mano y a medida, el sábado en el ND/Teatro, tiene el valor de desbordar la celebración de lo hecho por separado y, sin negar ese camino, enfatiza el estímulo creativo que a cada una de ellas le representa apoyarse en otra voz.
Si de sociedades musicales se trata, la de la correntina Teresa Parodi y la uruguaya Ana Prada, Cosido a mano y a medida, el sábado en el ND/Teatro, tiene el valor de desbordar la celebración de lo hecho por separado y, sin negar ese camino, enfatiza el estímulo creativo que a cada una de ellas le representa apoyarse en otra voz.
Teresa Parodi y Ana Prada
© Télam
Télam/Mariano Suárez - Compositoras originales y prolíficas, Teresa Parodi y Ana Prada llegaron al ND/Teatro con un repertorio que no sólo combinó obras del consolidado y vigente recorrido de Parodi, con 24 discos en su haber; con los dos de la ascendente Prada; sino que ambas comenzaron a construir un lenguaje común, acomodado al paisaje orillero del Río de la Plata, con todos sus matices sonoros.
Prada y Parodi, que ya habían tenido contacto en escenarios y estudios de grabación, iniciaron un derrotero común que ya muestra un buen número de composiciones en colaboración y que, a juzgar por la interacción frente al público, parece estar en pleno desarrollo.
Con ese espíritu tuvo la noche su apertura, con caligrafía compartida que rezaba “A dos orillas de un mismo río/un verso tuyo, un verso mío”.
El concierto prosiguió con Parodi interpretando Adiós, tema de Prada y María Eugenia López Nozar “Queyi” que la correntina incluyó en Otro cantar, su último álbum, donde la correntina eligió potenciar su caligrafía a través de la voz de una selección de artistas jóvenes.
El mestizaje se extendió enseguida a Como el río, del mismo disco, con Prada como estribillista y una sonoridad sutil y lejana a las estridencias que a menudo se le imputan –sin distinciones- a la música litoraleña.
Luego, en soledad, Parodi ofreció los versos comprometidos de Tarumba y, luego entregó la posta a la uruguaya, que ofreció la irreverencia de Soy pecadora y los aires milongueros de Amargo de caña, inspirada en el linaje musical de Aníbal Sampayo.
En plena etapa creativa, y con los permisos que supone la etapa de exploración, Parodi y Parada mostraron los versos de Parte de mi corazón, que confesaron haber compuesto la madrugada previa al concierto y sin rodaje alguno en ensayos.
Retrato de un pescador, Con la misma voz, Tierra adentro, Esa musiquita fueron algunos de los temas que marcaron el sendero final de una noche ante un público que reclamó más bises que los previstos por las artistas.
El protagonismo de las cantautoras tuvo el respaldo instrumental de Ariel Polenta (piano), Jorge Giuliano (guitarra), Lucas Homer (bajo), Fernando Correa (acordeón) y Chacho Ruíz Guiñazú (batería y percusión).
Cosido a mano y a medida tendrá un capítulo seguro con un concierto en Montevideo y, luego, será –para las artistas- el tiempo de mensurar y reflexionar sobre este trayecto compartido.
Sin embargo, si se interpela a cualquiera de los presentes anoche en el ND/Teatro, sobresale la certeza de haber participado de la génesis de una sociedad que tiene razones para perdurar.
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