Gira «Mediterráneo Da Capo»
Serrat tripula un viaje emocional al Mediterráneo en una épica noche en Argentina
Entre palabras de amor y con la emoción a flor de piel, Joan Manuel Serrat tripuló hoy, sin salir del Gran Rex de Buenos Aires, un particular barco de recuerdos con el que, en compañía de cientos de argentinos, surcó su Mediterráneo natal, lejano en la distancia pero cercano en el corazón.
Entre palabras de amor y con la emoción a flor de piel, Joan Manuel Serrat tripuló hoy, sin salir del Gran Rex de Buenos Aires, un particular barco de recuerdos con el que, en compañía de cientos de argentinos, surcó su Mediterráneo natal, lejano en la distancia pero cercano en el corazón.
Joan Manuel Serrat actúa durante un concierto de su nueva gira «Mediterráneo Da Capo» hoy, viernes 19 de octubre de 2018, en el teatro Gran Rex de Buenos Aires (Argentina).
© EFE
EFE - Con media hora de retraso por las largas filas que a las afueras del teatro se fueron generando para ver al "Nano" —como se conoce cariñosamente a Joan Manuel Serrat— el espectáculo comenzó a lo grande y sin dar rodeos, con la canción más popular. "Quizá porque mi niñez sigue jugando en tu playa", comenzó cantando el catalán.
Con el título "Mediterráneo da capo" —término musical de origen italiano que significa volver al principio—, el trovador desgrana en su actual gira cada uno de los 10 temas del disco que, bautizado con el nombre de ese mar, le consagró en 1971 para siempre entre el público español y latinoamericano.
Pueblo blanco, seguida de una de las más fuertes ovaciones de la noche y de un rotundo "¡te amo Nano!" de una fiel seguidora entre el público; La mujer que yo quiero; Lucía —uno de los momentos más emotivos— y Aquellas pequeñas cosas fueron haciendo las delicias del apasionado público.
"Es difícil describir porque me acompaña en todos los momentos de mi vida, por supuesto en aquellos en los que tarareo sus canciones cuando estoy contenta, pero en los momentos en los que he tenido que atravesar las pérdidas, Serrat también me acompaña", dice a Efe Andrea, una de las asistentes.
Una de sus acompañantes, su amiga Liliana, también demuestra que es fan absoluta al reconocer que su casa se llama "Donde madura el limonero" en honor a una de las canciones del artista.
"A partir de que vino con la llegada de la democracia al país (tras la última dictadura, que duró de 1976 a 1983) lo he seguido todas las veces que ha venido", señala Liliana.
Junto a seis músicos, con traje oscuro, camisa azul y rebosante de energía, Serrat lo dio todo en la primera de las 11 noches que se presentará en Buenos Aires, que integran la fase argentina de la gira, que arrancó el pasado martes en Rosario, una vez recuperado de una laringitis que le llevó a cancelar el día 12 el que iba a ser su primer concierto en el país, en San Miguel de Tucumán.
"El Mediterráneo es uno de los lugares más bellos del universo, pero también uno de los más contaminados. Además de restos de naufragios lo que seguro encontramos sería plásticos. También restos de alguna patera que nunca llegó a su destino. Ese mar es un terrible sarcófago donde miles de hombres y mujeres pagan con su vida el vano intento de huir de sí mismos", lamentó el autor.
Unas frases que le llevaron a cantar, en catalán, Plany al mar, un tema crítico con el estado de su mar más querido.
Superviviente de tres cánceres, casado, con tres hijos y varios nietos, el Nano se mostró gracioso y empático con un aforo que entró en éxtasis cuando se lanzó a cantar otros de los éxitos de su larga carrera.
Sin duda, Cantares, una de las canciones del disco Dedicado a Antonio Machado (1969), fue la melodía más coreada por parte del público.
Entre fans dejando sobres con dedicatorias y regalos en la orilla del escenario y varios "ole, ole, ole, Nano, Nano, Nano", el intérprete fue desgranando versos: Penélope, Hoy puede ser un gran día, Algo personal, Para la libertad o Romance de Curro el Palmo.
"Ustedes son un pueblo paciente, ¿cuántos años sin ganar el Mundial?", soltó el cantautor entre las risas y los mordaces comentarios de un público que conoce a la perfección por las varias décadas que lleva pisando suelo argentino.
Nacido en Barcelona en 1943, a los 22 años Serrat se estrenó en una radio de esa ciudad interpretando sus primeras canciones.
A modo un homenaje a las mujeres —por las que siente "una gran admiración" y gracias a las cuales "el mundo funciona lo poco que funciona"— Serrat lamentó que demasiadas mueren víctimas de "amores malos" y entonó Menos tu vientre, incluida en el disco que cantó en homenaje al poeta Miguel Hernández en 1972.
"Me lo inculcaron mis abuelos y mis padres... en los largos viajes era poner Serrat. Y hoy se rememora todo eso", describe Giselle, otra de las asistentes, junto a Nicolás, convencido de "todo lo que a uno le conmueve adentro" el cantante, que "cruza muchas generaciones".
Como todo lo que empieza acaba, el final llegó con tres bises y sus respectivas despedidas: De vez en cuando la vida, Esos locos bajitos y Fiesta pusieron la guinda a una noche que surcó los mares de la emoción.
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