50 años no es nada»
Víctor Manuel y su Armada Invencible pueden con todo
Dulce presentación con un puntito amargo la de Víctor Manuel hoy en Madrid, que ha echado mano de los 50 años de oficio que celebra en su gira y de una larga nómina de amigos para sobreponerse y doblegar unos contratiempos con el sonido que han provocado una sonora pitada del público al inicio del concierto.
Dulce presentación con un puntito amargo la de Víctor Manuel hoy en Madrid, que ha echado mano de los 50 años de oficio que celebra en su gira y de una larga nómina de amigos para sobreponerse y doblegar unos contratiempos con el sonido que han provocado una sonora pitada del público al inicio del concierto.
Víctor Manuel durante su concierto de presentación de «50 años no es nada», la pasada noche en el Palacio de los Deportes de Madrid.
© EFE
EFE - Solventados los problemas que habían suscitado gritos insistentes de "¡No se oye nada!" del fondo superior del antiguo Palacio de Deportes, Víctor Manuel ha cumplido el guion, reeditando los conciertos que en septiembre protagonizó en Oviedo y que dieron origen tanto al CD DVD 50 años no es nada como a este "tour" que finalizará el 20 de febrero en Barcelona.
Como en esos recitales de Asturias, han sido muchos y formidables los artistas que han querido acompañar al "hijo del ferroviario": Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Miguel Poveda, Rosendo, Jorge Drexler, Pablo Milanés, Luis Eduardo Aute, Sole iménez, Hevia, Pedro Guerra, Andrés Suárez, Silvia Pérez Cruz, Millán Salcedo, Rozalén, su hijo David San José, y, cómo no, Ana Belén.
Tampoco han faltado sus principales clásicos, con Ay, amor, Contamíname, El abuelo Vítor o La puerta de Alcalá, como corresponde a un espectáculo biográfico en el que se conmemora el medio siglo de su llegada a la capital procedente de Asturias, con los dejes folclóricos aún prendidos a su forma de hacer música.
Con ellos ha dado comienzo el espectáculo. "Señor, San Juan, la fiesta va a empezar", anunciaba a través de los versos de Danza de San Juan, hilada con otra feria, la de La romería, su primer gran éxito, de 1969, acompañado de una docena de músicos que han trasladado al frío cemento de Madrid la exuberancia natural de su tierra natal.
"Gracias por acompañarme en esta noche tan especial. Soy de Asturias, de Mieres del Camino. Nací al final del Puente de la Perra, justo al lado de la vía del tren, así que toda mi vida he visto pasar trenes", señalaba como introducción a uno de sus temas más icónicos, El hijo del ferroviario.
El carácter social de su producción ha vuelto a hacerse presente con Cómo voy a olvidarme, cuando ha recordado las visitas junto a su padre para dejar flores en la fosa común en la que presumiblemente yace su abuelo, que fue fusilado.
"Parece mentira que en 37 años de democracia, no haya habido ningún gobierno que se haya atrevido a desenterrar esos cadáveres", ha lamentado, en una cerrada defensa de la Memoria Histórica.
Al escenario se han subido el gaitero Hevia, Chus Pedro y Marisa Valle Roso para arropar Cuélebre, Planta 14, Paxarinos y Por el camino de Mieres, canciones las que, ya en solitario, han seguido Nada nuevo bajo el sol y Canción para Pilar.
"Ella, siempre que escucha un 'te quiero', aparece en el escenario por arte de magia", ha vaticinado ante la entrada en escena de su esposa, la también artista Ana Belén, con la que ha interpretado Contamíname.
Las colaboraciones son la nata y la guinda de esta gira, pero Víctor Manuel ha demostrado que mantiene intacta la capacidad para emocionar también en solitario con Ay, amor.
De entre los dúos, cabe destacar los aplausos más fuertes para Rosendo, con el que ha recuperado Canción de la esperanza, que llevaba más de 30 años fuera de su repertorio, así como A dónde irán los besos, con Aute, y Quiero abrazarte tanto, con Andrés Suárez, el tema de 1970 con el que "por primera vez decía 'Te quiero' con fundamento, incluso con algo de sexo entre líneas".
El clímax se ha producido a partir de la versión de Asturias junto al cantaor Miguel Poveda, un dechado que ha erizado el vello incluso de los foráneos y que ha dejado la tierra suave para el paso de Drexler (Solo pienso en ti), Serrat (El abuelo Vítor) y, sobre todo, de su "amigo" Sabina, que no pudo estar en septiembre. Esta vez se han desquitado con Soy un corazón tendido al sol.
La puerta de Alcalá con Ana Belén ha puesto el punto castizo a la velada, justo antes de que, como en Oviedo, la armada invencible de amigos de Víctor Manuel regresara al escenario para interpretar todos juntos Asturias como colofón, ahora sí, ante la ovación cerrada del público.
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