Sino fuera por trovadores como Daniel Viglietti, ni este diario digital, ni festivales como el BarnaSants tendrían el más mínimo sentido. Viglietti vino el pasado viernes a recordárnoslo.
Empezó y terminó con dos temas con música de Jorge Salerno, Antojo y La llamarada —ambos extraídos de libro Milongas de un gaucho pobre de Julián García—y dejó lugar para los clásicos Gurisito, Milonga de andar lejos, Anaclara, El Chueco Maciel y la inevitable A desalambrar.
Si hablamos no de grandes trovadores sino de leyendas vivas de la música de autor, nos bastaría con poco más que los dedos de una mano para contarlos. Sin duda uno de esos dedos sería para el uruguayo Daniel Viglietti.
Es que yo no me doy cuenta. Yo vivo, canto, aprendo mucho de los demás, aprendo de todas las luchas que han habido en la historia de mi país, en América Latina. Si no se aprende con tal capacidad de coraje, ternura, humanidad, cómo se puede aprender algo. Es muy fuerte esa escuela. Y en ella voy cantando, soy uno más del coro y ese coro incluye muchas voces a través de continentes, a través del planeta, allí donde haya alguien que se rebele contra la injusticia y que quiere cambiar las cosas.
La cantautora Judit Neddermann y el guitarrista Pau Figueres presentan un nuevo álbum conjunto, con doce canciones en castellano, catalán, portugués y francés, grabadas en directo en estudio. Entre ellas, una nueva versión de Vinc d’un poble con Joan Manuel Serrat y temas originales que combinan pop, folk, jazz y música popular brasileña.
El cantautor chileno Patricio Anabalón lanza el single Danza con la participación de Silvio Rodríguez, en una obra producida por Javier Farías y enriquecida con los aportes del Cuarteto Austral, Felipe Candia y otros destacados músicos e ilustradores; en un encuentro generacional de la canción de autor.
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