Todo en una noche: Los Manseros, Barboza y Spasiuk, Vitillo Ábalos, Leo Dan y el cuarteto cordobés, se dieron cita en la Plaza Próspero Molina en la tercera luna. El público respondió por igual con el aplauso a todos los artistas.
Si el silencio para Spasiuk y Barboza fue proporcional al bullicio de la banda cuartetera Chévere, o si la ovación para por Vitillo Ábalos se convirtió en coro para Los Manseros, —siendo el mismo público el que ocupaba la Plaza— es que, seguramente hay una predisposición para escuchar y entender de qué se trata.
Luciano Pereyra coronó con su regreso una plaza con menos gente que el día anterior, pero muy entusiasta. El trío MJC, El dúo Orozco Barrientos, los ganadores del pre Cosquín La Biaba y Rafael Amor pusieron el toque de calidad a una noche con una grilla muy pareja.
La primera noche del Festival Mayor de Folklore, tuvo como protagonistas a Bruno Arias, Peteco Carabajal, Raly Barrionuevo y Franco Luciani. La Prospero Molina lució regada por la lluvia de la tarde y con los pasillos colmados de bailarines alumbrados por la luna de la madrugada.
El más reciente libro del escritor gaditano Luis García Gil se adentra una vez más con rigor y pasión en las entrañas musicales y poéticas de la canción de autor, Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina son los protagonistas de la A a la Z en este diccionario de complicidades.
El festival más mediático de doma y folklore del país llego a su fin —según los organizadores— con saldo positivo, pero también con algunas cuestiones que valen la pena tener en cuenta para las próximas ediciones.
Para la Comisión del Festival, éste ha tenido un saldo positivo, en virtud de la cantidad de entradas vendidas y de los adelantos en las cuestiones organizativas que se vieron este año.
La del sábado fue una noche donde la historia del folklore estuvo presente con Los Manseros Santiagueños y Los Cantores del Alba, en todas sus formaciones. También se fueron ovacionados los Huayra y se conocieron los ganadores de la jineteada, la consagración y la revelación artísticas.
En los camarines, minutos antes de salir a escena (en una noche donde fueron el número central), el bombisto y vidalero insinuaba un cierto temor, por la cantidad de gente que había en el Anfiteatro José Hernández.
El músico chileno, co-director del Quilapayún-Parada/Wang, hace un recorrido de sus proyectos independientes, de su relación con el escenario chileno, sobre la situación Europea y sus próximos planes, entre los que se encuentra un nuevo disco.
Cerca de la plaza Brasil, en el centro de Santiago, y caminando hacia un café el músico nos cuenta que durante estas semanas ha estado preocupado de dar entrevistas tanto por sus actividades musicales independientes como por la reciente edición en Chile del disco Absolutamente de Quilapayún, así como trabajando en el montaje de una obra suya que se presentará bajo el marco del XIII Festival de Música Contemporánea organizado por la Universidad de Chile.
Como es costumbre, el día martes fue para el Chaqueño Palavecino, el cantor del chaco salteño, que una vez más entró a anfiteatro José Hernández a caballo. Pablo Lozano, el homenaje a Los Tucu Tucu de Martos y Pérez, Opus 4, Los del Suquía y Claudia Prirán también fueron los protagonistas de la quinta noche del Festival.
La segunda jornada del Festival de Doma y Folklore, tuvo como protagonista principal a Jorge Rojas, y la apertura a pura chacarera con el Carabajalazo. También se presentaron Carlos Sánchez, Los Serenateros, Las Valijas y los Auténticos de Córdoba. Murió una yegua en el campo de la doma.
En navidades se producen conciertos, con mejor o peor fortuna, en los que se intenta acentuar el sentido litúrgico y o familiar de estas fiestas. Si de lo que se trata es de hacer que el público sienta la música y realmente disfrute con ella habría sido difícil hacerlo desde una perspectiva europea, dado que se hubiera recurrido irremediablemente a la música clásica (con todos los respetos hacia esta música), —para mí— fría donde las haya. Pero no, los latinoamericanos han tenido siempre mejor suerte en esto.
El cantautor y poeta extremeño Pablo Guerrero, autor de A cántaros, murió a los 78 años en Madrid tras una larga enfermedad; su obra unió canción, poesía y compromiso político durante más de medio siglo.
En un Palau Sant Jordi abarrotado, Joaquín Sabina se despidió de Barcelona con un concierto que fue al mismo tiempo un inventario de vida y un abrazo multitudinario a través de veintidós canciones que, tras más de medio siglo de carrera, ya no le pertenecen solo a él.
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