Ayer jueves dio inicio la vigésimo primera edición del Festival BarnaSants —que hasta el próximo 14 de abril ofrecerá más de cien conciertos— y lo hizo con la reivindicación de la "jota" un género poco valorado y que sin embargo es la "canción de protesta" más antigua y que ha influenciado a toda la música iberoamericana.
Arrancó la edición 56 del festival de Punilla, con una cartelera donde todos los artistas se destacaron. El punto máximo fue para Jaime Torres y José Luis Aguirre, dos puntas de una historia que vuelve a poner en relieve el folklore de raíz y la canción con compromiso.
Y fue otro momento mágico de la noche.
La segunda y tercera luna tuvo fiesta riojana, salteña y cuyana. Romance y remanso, harina y albahaca. Lunas para todos los gustos en Cosquín 2016.
La artista santafesina Soledad Pastorutti celebró sus veinte años sobre el escenario del festival con una grilla artística que convirtió a su set en otro festival dentro de la cuarta luna.
Y vaya festejo. Con alfombra roja y todo, la cuarta fue la noche en la que Soledad Pastorutti festejaba 20 años desde aquella vez que subió al escenario Atahualpa Yupanqui, vestida de bombachas negras, camisita blanca y chalequito de cuero marrón.
Antes del cumpleaños de Soledad, hubo momentos luminosos en una noche en que cada número le puso condimento a la jornada, más allá del cierre festivo.
Cerca de las 22, ya cumplidas la instancias protocolares del comienzo y la presentación del Ballet Camin sobre el Bicentenario de la Independencia, el esperado regreso de Horacio Banegas se hizo realidad en poco más de media hora de concierto en el que el santiagueño realizó junto a sus hijos Jana y Christian en guitarra y bajo y Franco Giovos en percusión, un muestrario del nuevo sonido de la chacarera, su evolución, desarrollo y origen.
El músico fue el resumen de lo que busca Cosquín, del encuentro con la gente, lo popular y elitista de lo tradicional y la vanguardia y de la militancia artística. Junto a él, otros momentos memorables en las noches del miércoles y el jueves.
El resumen de las dos lunas podría ser aquel momento en que cerca de las dos y media de la mañana del jueves (en la sexta noche) Peteco Carabajal descendió desde las populares hacia la platea entre el público, con su guitarra y un puñado de clásicos del folklore.
Marina Rossell presenta en primicia en el Festival BarnaSants su nuevo disco Cançons de la resistència, canciones bálsamo y memoria al tiempo en un repertorio de factura bellísima.
Cosquín va llegando a su fin, y en la penúltima luna, llegaron los cantores que tienen mucho para cantar y contar. Los Copla celebraron 30 años sobre el escenario con una representación de su mítico reducto peñero.
La lista fue larga (además de la grilla televisada, vendría la cacharpaya) pero interesante.
Un nuevo festival mayor de folklore llegó a su fin con momentos memorables y buena respuesta de la gente. Una edición que tendrá su continuidad a lo largo del año con distintas actividades en la capital del folklore.
El guitarrista, cantante y compositor Xarim Aresté se presentó ayer a sala llena en el Auditori de Barcelona en el marco de la vigésimo primera edición del festival BarnaSants acompañado por una banda de diez músicos en un delicioso concierto de alguien que habrá que seguir de cerca.
Xarim es cualquier cosa menos lineal.
Giovanna Marini, una figura histórica del canto popular italiano, falleció a los 87 años tras una breve enfermedad. Su dedicación a la música y la tradición oral ha dejado una profunda huella en varias generaciones de músicos y oyentes. Ella recogió y popularizó la canción Bella Ciao.
El trovador cubano Silvio Rodríguez ha anunciado la publicación para este próximo mes de junio de su nuevo álbum Quería saber con canciones "del siglo XXI menos una".
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