Portada > Artículos escritos por Pilar Rahola
(Órden cronológico inverso)
Despido intenso, emotivo, de Tel Aviv. En la vieja casa de
David Broza, cantando canciones sobrecargadas de sentimientos, recordando los tiempos de la esperanza, cuando un joven David de 20 años escribió su primera canción, dedicada al líder egipcio Sadat, que firmó la paz con Israel. "
Todo estará bien", decía la vieja canción, antes de que el asesinato de Sadat a manos de los fundamentalistas islámicos, y la violencia posterior, arrasara los sueños de millones de personas.
En el ranking de los guapos siempre sale, incomprensiblemente, Joaquín Sabina. Digo incomprensiblemente porque Joaquín es un feo de manual, trabajado en los rincones arrastrados de las juergas y las noches. Sin embargo, ejerce una gran seducción entre la mayoría de féminas, y hablo de atracción en el sentido más terrenal del término. Tiene lo que diríamos morbo, palabra indefinible que, sin embargo, genera efluvios de todo tipo en la fábrica hormonal. No conozco ninguna mujer, entre las que me encuentro, que no considere a Sabina un tipo muy atractivo, con el que perderse en alguna barra de bar.
Extraño sentimiento.
Lluís Llach forma parte de mi educación sentimental de tal forma, que seguramente ha conformado algunos de los recuerdos más bellos de los años de la locura adolescente. Después, con la serenidad, ha quedado aquello que el tiempo no decapita, y muchas son las cadencias de Llach que han conseguido acompañarme a lo largo de la vida, más allá de la nostalgia. Probablemente por ello, por la densidad de algunos sentimientos, este artículo me resulta enormemente incómodo.