Tres generaciones de músicos chilenos en una misma jornada

El recinto del Arena, tiene una capacidad aproximada de 15000 personas, y en la noche de ayer fácilmente habrían 10000 acompañando el concierto que dieron Inti-Illimani Histórico, Quilapayún-Carrasco y el grupo de rock chileno Los Tres, con motivo del aniversario de una radio local —con un nefasto servicio de prensa—, y también como una forma de celebración del bicentenario de los primeros aires de independencia en este país.

En este concierto podríamos decir que se cruzaron dos proyectos grupales que fueron importantes en rescatar el sonido de la música chilena a la vuelta la democracia, el primero fue la serie de conciertos que se realizaron en la década de los 90 llamado “Hecho en Chile” en donde el grupo Los tres giraba con Illapu y Los Jaivas, como una forma de retomar y reunir generaciones y sonidos que se entremezclaban; y por otro lado la experiencia de Inti-Quila que se realizó en varias oportunidades a partir del año 2004 en donde los músicos históricos se combinaban y se ponían en contacto con jóvenes músicos de la escena nacional. Ahora en un mismo concierto, juntos y revueltos estaban una parte importante de los músicos que han desarrollado un repertorio de calidad en la música popular chilena de las últimas décadas, y que desde siempre estuvieron interesados en reconstruir el nexo entre la música chilena desarrollada en Chile y fuera de Chile.

El concierto partió con más de 30 minutos de retraso, cerca de las 21.30 con todos los grupos sobre escena; Inti Illimani histórico formaba con Horacio Salinas, Horacio Durán, José Seves, Jorge Ball, Camilo Salinas, Fernando Julio y Danilo Donoso. Quilapayún con Eduardo Carrasco, Carlos Quezada, Guillermo García, Ricardo Venegas, Ismael Oddó y Ricardo Venegas hijo —seis de los once componentes—; Los tres por su parte con Álvaro Henríquez en voz y guitarra; Ángel Parra Orrego en primera guitarra, Roberto Lindl en bajo y Manuel Basualto en batería. La noche partió con el tema Somos tontos, No pesados, que corresponde al tema que abre el primer disco homónimo de Los Tres editado el año 1991 en Chile, un tema que fue intervenido por los músicos del Inti y del Quila con fragmentos de Lo que más quiero, Que la tortilla se vuelva. Con la selección de esta canción mostró el pie forzado de esta primera sección: fue fuertemente dirigido por Álvaro Henríquez, en el repertorio elegido y en la dirección del sonido que se dio a las interpretaciones. Así el concierto siguió con La Partida con ciertas intervenciones en guitarra eléctrica que daban ciertas sonidos a lo Neil Young para el OST de Dead Man. El tercer tema fue el cover del tema Julia de John Lennon incluido al cierre del vol 1 del álbum The Beatles del año 1968; esta interpretación fue entregada por Álvaro Henríquez mas José Seves y Horacio Salinas acompañándolo en guitarras, y el ultima tema de este inicio de concierto fue Mi Patria con voz solista de Álvaro Henríquez en la primera parte.

La transición a la siguiente sección del concierto fue dado por la interpretación del tema Tatatí entre Quilapayún e Inti-Illimani, para dar paso a las interpretaciones de los Inti Illimani Histórico. En esta parte del concierto el Inti-Illimani dirigido por Horacio Salinas eligió un camino arriesgado, pero no por ello menos válido, el cual se centró en las interpretaciones de canciones de los dos últimos discos de la agrupación, llevando la euforia inicial del público a una postura de atención y recepción de este nuevo repertorio. Fue una actuación que contó con un buen sonido, con algunas interpretaciones en donde los músicos mostraron bastante nervios como fue el caso de Lo que mas quiero, en el cual los músicos nunca lograron ensamblarse plenamente; pero que fue resuelto en las siguientes interpretaciones. Los temas elegidos por el Inti fueron La exiliada del sur, la nombrada Lo que más quiero, Danza Mediterránea, Quinteto del tren, No me cumbén junto a Elizabeth Morris; y Danza Negra. Posteriormente se sumó Álvaro Henríquez en guitarra, y el Inti Histórico interpreta Me rompió el corazón del disco La espada y la pared del grupo los Tres del año 1995. La última parte de esta sección se interpretaron el Mercado de Testaccio, Vuelvo, y una transición al tocar con el Quilapayún una sección de Canto para una semilla: El compromiso.

De ahí vino la participación del Quilapayún, cuya característica principal fue el tratar de comunicarse con el público, ya que hasta el momento el concierto se había desarrollado sin que casi los músicos se dirigieran al respetable. Partieron con Plegaria a un labrador; siguieron con Miren como sonríen, y en esta canción hicieron las primeras apariciones de los problemas de sonido que el conjunto sufriría en toda su participación, pero a lo cual trataron de superar con las mejor energía en la interpretación de las obras. Siguieron con Tío Caimán; Canción del minero en donde aparecieron ciertos nervios en la flexibilidad de la voz tenor; Te recuerdo amanda; Juana la cubana acompañados por Camilo Salinas en acordeón, Vamos Mujer con la voz de Álvaro Henríquez en la primera parte; para terminar con La Batea. En esta parte el público nuevamente comenzó a levantar el ánimo, a participar, al elegir el conjunto un repertorio sin demasiadas complejidades, un camino directo, con buenas interpretaciones para encontrarse con cada uno de asistentes al concierto

La siguiente transición fue la subida en pleno de los Tres al escenario para interpretar junto al Quilapayún del tema Pájaros de fuego del primer álbum de Los Tres, un tema con un texto de referencias oníricas, con un sonido original bastante sofisticado entre el margen de jazz y soft rock, que esta vez fue entregada en una de las mas interesantes transformaciones de la noche, en una versión en donde las guitarras de los Quilapayún marcaban fuertemente el 6/8, en una rítmica similar al Soy Obrero; un rasgueo que no bajo intensidad y que se mantuvo constante en toda la canción junto a un coro firme que iba acompañando las sutiles imágenes de la letra de esta canción.

Posteriormente se subió al escenario el grupo Los Tres, grupo que tuvo una primera época en la década de los 90 en donde editaron 5 discos en estudio, y volvió a la actividad el 2006 con un LP editado ese año y uno en proceso de edición. Sin embargo esta banda tocó solo repertorio de los 90, dejando afuera cualquier tema de su última producción en estudio. Los temas interpretados fueron La torre de Babel, Hojas de té, Tírate, Amor Violento; para dar paso a su repertorio ligado a Roberto Parra, con el cual tuvieron una cercana relación, interpretando la cueca La vida que yo he pasado, y la adaptación de Roberto Parra de un tema americano al cual llamó Quién es la que viene allí. El repertorio siguió con He barrido el sol para finalizar con Tu cariño se me va.

La transición a la parte final del concierto estuvo dada por la interpretación entre Los Tres y el Inti Histórico del tema Retrato. Después subió el Quilapayún para interpretar entre todos Ventolera, A la mina no voy, El aparecido, La muralla, Samba landó, Canción Final. Como parte del bis quedaron Déjate caer y El pueblo unido en una versión rockera, en lo que conocimos en la versión de Petinnellis, que comandaba el mismo Henríquez en el concierto de Homenaje a Allende el 2003.

El concierto tuvo un buen manejo de luces, un sonido adecuado para el Inti y Los tres, y un repertorio que fue de un poco dubitativo al principio, pero que se fue afirmando a lo largo de la jornada, en donde los músicos históricos de la canción chilena aceptaron con generosidad todas las directrices y sugerencias de Álvaro Henríquez tanto en los arreglos como en el repertorio que se interpretaron cuando los tres grupos estaban en escena, dando como resultado un interesante concierto de mezclas de sonido; pero queda la duda en relación a cual hubiera sido el resultado de los músicos históricos hubiesen tomado con mas fuerza las riendas de esta presentación.