Cosquín está raro, se escuchó decir en el primer minuto de la primera luna, apenas arrancó el festival. Está raro este festival, se escuchó en las calles, en la platea y en las peñas. Entre los periodistas, a los que muchas veces nos cuesta soportar tantas horas de grillas kilométricas y entre los artistas, a los que la espera los hace a veces no entender cuál es el sentido de tocar doce minutos en el escenario Atahualpa Yupanqui.
El Festival concluyó con una nueva apelación a la diversidad: la fuerza del Dúo Coplanacu, la sonoridad de Yamila Cafrune, las sutilezas del trío Aymama y la singular reversión de clásicos por Los Nocheros.
Combinando el origen rural y la potencia urbana, Roberto Cantos y Julio Paz atizaron el ánimo de la plaza Próspero Molina con temas como Pelusita de Totora (Mario Arnedo Gallo) o De Simoca (Chango Rodríguez), justificando así sus dos referencias territoriales.
Los cantantes Suna Rocha (Premio Camin) y Bruno Arias (Consagración) más el trío MJC (Consagración instrumental) obtuvieron los principales premios otorgados en la 53 edición del Festival Nacional de Folclore de Cosquín.
Por su parte, el jujeño Bruno Arias, postergado otros años, logró finalmente el premio Consagración fundamentado en su ovacionada actuación en la primera noche del festival.
Arbolito con gusto a poco; Los Tekis a mucho, Mariana Carrizo, La Bruja Salguero y Marita Londra, el remanso y Pablo Lozano y Los Carabajal, la provincianía. Todo en la octava luna, a un paso del final.
La memoria del poeta y escritor, que sostenía una relación ambivalente con el Festival de Cosquín es recordada a través de la muestra Para no morir en la 53 edición del tradicional encuentro folclórico.
La obra de Lima Quintana, fallecido el 21 de febrero 2002 y uno de los fundadores del movimiento Nuevo Cancionero de inicios de los sesenta —que comprometió al folclore con la realidad de su tiempo—, se expone en la escuela Julio Roca (San Martín y Sarmiento) hasta el domingo, día de la clausura del festival.
Concebida como un homenaje a Carlos Carabajal y, finalmente, según define su hijo Peteco, devenida en una historia sobre "el desarraigo y la cultura santiagueña", la película Chacarera, que se proyecta en el Festival de Cosquín, apela a los registros de la ficción y el documental para atrapar una atmósfera musical única.
"La película trata sobre la cultura santiagueña y el desarraigo que muchos sufrimos.
El cantante conmovió con una actuación que incluyó las canciones que lo consagraron y que estuvo cargada de referencias al drama devenido del desborde del río Pilcomayo en el Chaco salteño, donde vive su padre.
Si bien el ex Nochero prepara con rigor sus presencias en Cosquín, acompañado por músicos de enorme pericia técnica, esta vez eligió salir al escenario a las 0:49 de la madrugada, sólo con su guitarra, para iniciar una faena que se prolongó durante casi una hora y media.
Juan Falú, Juan Iñaki, Ángela Irene, Juan Carlos Cambas, Los Visconti y Jorge Rojas fueron los artistas que participaron en la séptima luna de Cosquín, la del viernes 25. El homenaje a Daniel Toro fue uno de los momentos más emotivos de la noche.
A la séptima luna la abrieron Los Visconti. Y como parte de esto de tener todo un emblema del folklore sobre un escenario, nadie dejó que se vayan. Tampoco dejaron que se apague pronto el aplauso sostenido a Juan Falú.
La jornada del jueves fue para el Chaqueño Palavecino, pero también para aquellos artistas que sin ruidos ni estridencias, dejan una huella importante. El homenaje a Balderrama fue uno de los puntos más altos de la noche.
En la sexta luna, algo de magia hubo en ese encuentro que se realiza en la escuela Roca, donde el escenario de colores cálidos e imágenes fuertes, cobija la palabra de los poetas de América.
Ya han pasado cinco noches del Festival de folklore, y con cada una de ellas, una historia particular sobre el escenario Atahualpa Yupanqui. La quinta luna, no escapó al engranaje metódico de un festival que siempre deja que hablar.
La cantautora Judit Neddermann y el guitarrista Pau Figueres presentan un nuevo álbum conjunto, con doce canciones en castellano, catalán, portugués y francés, grabadas en directo en estudio. Entre ellas, una nueva versión de Vinc d’un poble con Joan Manuel Serrat y temas originales que combinan pop, folk, jazz y música popular brasileña.
El cantautor chileno Patricio Anabalón lanza el single Danza con la participación de Silvio Rodríguez, en una obra producida por Javier Farías y enriquecida con los aportes del Cuarteto Austral, Felipe Candia y otros destacados músicos e ilustradores; en un encuentro generacional de la canción de autor.
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