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Como suele ser habitual en él, el día que cumplí los 40 años, mi padre me dio de nuevo una lección de vida:
— Ya sabes lo que dice el refrán sobre los 40, ¿verdad?.
— Te refieres a aquello de “de los cuarenta hacia arriba no te mojes la barriga?
— ¡Qué va, eso es una tontería!, el verdaderamente importante, el terrible, es el que dice: “a partir de los 40, con la minga, ni se cuenta”.
La jubilación anticipada y voluntaria de
Lluís Llach nos ha desbordado a todos. Nunca pensé que nos dolería tanto, tanto que incluso la prensa y la TV han descubierto que un trovador podía ser motivo de portadas y de emisiones de conciertos en
prime time. Y también ha servido para reabrir debates molestos como por ejemplo las malas relaciones de la Trova con el Poder. O, yendo todavía más allá, las relaciones de la Trova catalana con el Poder catalán.
Trova y Poder —en Catalunya, en Chile, en Cuba y en Marte— siempre han sido enemigos.
Despedida de Lluís Llach
Érase una vez un guerrero a su pueblo siempre fiel que enfiló su nave hacia Ítaca y rezó para que el viaje fuera muy largo, lleno de aventuras y amistades, y terminar su camino más sabio para poder descubrir que el objetivo del viaje no era llegar al destino si no la misma travesía.
Parece ser que Lluís Llach ha llegado a su Ítaca musical este 24 de marzo de 2007. Dice que ya está bien. Que hay otros destinos y otras travesías que lo pueden hacer todavía más sabio. Que son cuarenta años cruzando el mar, que ya ha batallado con demasiados
Polifemos y sirenas. Que la vida es más que cantar y que ahora todavía es joven para iniciar nuevas aventuras. Que no quiere dejar su vida en manos del azar de la vida.
Yo te lo respeto Lluís. Es una grandísima hijueputada.
La Academia de la Música ha anunciado que el próximo día veintinueve de marzo, durante la celebración de la XI edición de los Premios de la Música,
Raimon recibirá el Premio de Honor, que hasta ahora sólo poseía un solo trovador,
Joan Manuel Serrat, que será precisamente quien le entregará el trofeo.
Timeo Danaos et dona ferentes, le diría un troyano a Raimon refiriéndose a una Academia que durante varios años convocaba el premio a la mejor canción en valenciano y cada año declaraba el premio desierto porqué nadie (excepto la más rancia derecha y esos desafinan cuando cantan), nadie decía, sabía muy bien que coño era esto de "cantar en valenciano".
Novedad discográfica
Era un día de febrero de 1997. Corría una "noche de pingüinos" tal como la catalogó Vicente Feliú. Era a él a quien íbamos a ver y escuchar en la Sala Apolo de Barcelona. Llegando a la puerta del local nos encontramos con un cartel donde se decía que "el Tinto" venía acompañado de dos jóvenes trovadores cubanos que formaban una suerte de "dúo" llamados Carlos Lage y Karel García.
He de confesar que en un principio no me gustó la idea de haber salido de casa en una noche que invitaba a meterse debajo de las sábanas para ver a dos tipos de los que no había oído hablar nunca. Al empezar el concierto Vicente se disculpó por la ausencia de Karel —a mí me sonaba a nombre de chica— por problemas con la siempre jodida visa cubana. Menos mal —pensé—, uno menos. Lo cierto es que el que quedaba —Carlos— acaparó el concierto llegando a tomar todo el protagonismo, siempre bajo la sonrisa complaciente que aparecía esculpida en los labios de Vicente de aquel maestro que ve volar a su discípulo.
Cuando la soledad es la única amiga, cuando ya nada acoge la esperanza, cuando la tristeza vuelve góticos los jardines y la niebla de un luto vive en casa, tú me guardas el sol, tú eres el sol, sé que sólo tengo que correr hacia ti para volver a ver el sol. Cuando el suelo es tan de cristal que a cada paso se nos va resquebrajando, cuando el azul del cielo es cada vez más pálido hasta volverse blanco, hasta volverse blanco para desaparecer después; cuando ya no hay alegría para brindar ni fe para seguir navegando y tu nombre ya hace días que no vive en mis labios, sé que allí donde estés tú me guardas el sol, me estás guardando el sol, y que sólo me hace falta correr hacia ti para volver a ver el sol.
Existen dos verdades fundamentales: a todos nos llega la muerte y los pedos huelen mal.
Por mucho que luchemos tarde o temprano estas verdades nos serán reveladas. Podemos embutirnos en siliconas y botox o creer en vidas eternas y paraísos o reencarnaciones y nirvanas. Podemos taparnos la nariz o echarle la culpa al perro.
Pero nunca nadie escapa a esas verdades.
Silvio Rodríguez canceló su último concierto en Chile alegando que el precio de los boletos era excesivo. No se le puede negar talento a Silvio cuando construye historias, pero ésta es poco creíble.
DIVISAA l'atzar agraeixo tres dons: haver nascut dona,
de classe baixa i nació oprimida.
I el tèrbol atzur de ser tres voltes rebel.
Maria Mercè Marçal
(Al azar agradezco tres dones: haber nacido mujer,
de clase baja y nación oprimida.
Y el turbio azur de ser tres veces rebelde.)
Hoy es el Día Internacional de la Mujer. Bonito y merecido día. Aunque nos llegue, como no pocas festividades, de Yanquilandia, como el Día de San Valentín, como Jalogüin y como ese gordo seboso vestido de rojo y a sueldo de la Coca-Cola que —a diferencia de los Reyes Magos— no existe.
Si Cuba es música, Augusto es trova. O mejor, TROVA. Con mayúsculas. Perteneciente a la generación de los renovadores, esa generación tan determinante entre los que se encuentran nombres como los de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Noel Nicola, Sara González o Vicente Feliú, por citar algunos, Augusto –también compositor de las piezas que interpreta- siempre ha sido, además, un gran conocedor de la trova más tradicional; de las raíces. Por eso, este trovero ha sido capaz de jugar con el concepto “trova” y llevarlo a mundos donde habitualmente no solemos encontrarla. Augusto ha mezclado ese género cubano -o esa forma de afrontar la “canción”- nacido en la parte oriental de la isla, como él, lo ha mezclado con el teatro, con el mundo infantil, y lo ha reinventado encontrándole otras dimensiones: “Teatrova” es el nombre que define uno de los caminos tomados por nuestro cantautor.
Hoy estoy de luto y me durará un tiempo porque ya sólo quedan 24 días para que Lluís Llach haga su último concierto. También lo comento en el artículo del AVUI. Lo llevo fatal, es mi cantante, ha sido mi camino, mi manera de escribir, mi manera de aproximarme al mundo y describirlo. Y mira que es propalestino y yo directamente judío; y mira que es comunista y yo creo que es la ideología más estúpida y asesina de la historia; y mira que es feminista y yo creo que el feminismo es una ramificación del lesbianismo no correspondido.