El fútbol le ha dado a la Trova —y a su prima hermana la poesía— hermosas canciones, pero ¿le ha dado algo la música al fútbol?
La larga gira intimista de Joan Manuel Serrat junto a su pianista Ricard Miralles pasa por el Teatre Auditori de Sant Cugat del Vallès (Barcelona).
Voz y guitarra: Joan Manuel Serrat
Piano: Ricard Miralles
Repertorio: Cançó de bressol, El teu àngel de la guarda, De vez en cuando la vida, Cantares, Seria fantàstic, Benito, Me'n vaig a peu, Si hagués nascut dona, Esos locos bajitos, La mala racha, Cançó de matinada, Penélope, Els vells amants/Com ho fa el vent (Ricard Miralles, solo al piano), Plou al cor, Mediterráneo, Aquellas pequeñas cosas, Fa vint anys que dic que fa vint anys que tinc vint anys, Cremant núvols, Para la libertad.
Mercedes Sosa le dice “mi Leoncito” y hay que ver cómo se quiere este par. Es que cómo no apreciar a León Gieco, que en cada una de sus canciones entabla contacto (la palabra que más utilizaba Julio Cortázar, otro entrañable, para referirse al acercamiento entre las personas) con las frustraciones, con los triunfos, con las vidas que siendo particulares tienen la insignia de un pueblo.
La cultura musical popular argentina, por variedad y calidad, por sus tangos, sus milongas, por su influyente rock en castellano, fue caldo adecuado para alimentar a gente como León, dando como resultado un músico mestizo tan lleno de referencias (Dylan, Seeger, Beatles, Stones, Yupanqui) como original, por su empecinamiento en responder a su tiempo, a estar ligado a su circunstancia.
Aun así, en mis primeros años, la inconsciencia y mi amor por la música me llevaron a aprender a tocar algún instrumento para acompañar mi tortuosa voz.
Eduardo Carrasco fue fundador de uno de los grupos fundamentales de la Nueva Canción Chilena, Quilapayún, del que fue director artístico después de que Víctor Jara abandonara el grupo, en 1969. El grupo se formó en 1965 con los hermanos Julio y Eduardo Carrasco, Julio Numhauser y Patricio Castillo. Las formaciones del grupo en el tiempo son innumerables. Quilapayún supo encauzar musicalmente el pulso de la agitación, de las marchas, del deseo de cantar fuerte la esperanza que sacudía a la izquierda.
El 11 de septiembre de 1973 encontró a Eduardo cantando en Europa, un exilio sin aviso, sin tiempo de despedirse, con la nostalgia de dejar la casa sin haber hecho la maleta.
Sentida despedida al escritor y poeta Mario Benedetti (1920-2009), uruguayo universal y ciudadano del mundo, mito discretísimo como le define su biografía y autor muy popular y querido. En este artículo repasamos canciones, discos y autores que han ido sumando encuentros entre su poesía y la obra musical de los autores de canción de autor, una relación que nos ha dejado un hermoso y generoso legado poético-musical.
En 1971 Daniel Viglietti incluye entre sus Canciones chuecas el poema Cielito de los muchachos con música propia, sería el inicio de un rica colaboración artística y de una amistad que duraría toda la vida.
La España machadiana que “desprecia lo que ignora”, la que vota a Jaime Mayor Oreja, eurodiputado del PP (derecha) que esta misma semana se vanagloriaba de su bisabuelo que les había prohibido hablar el eusquera, la que dirige una televisión que el miércoles censuró burdamente el momento en que catalanes y vascos silbaban al Rey en el partido de Copa; esa España y no la otra, debió rasgarse las vestiduras ayer en el festival de Eurovisión.
Y como en todo, no todos los nacionalismos son iguales: los hay malos y los hay peores. Entre éstos últimos están los que tienen un ejército detrás. A esto se le llama eufemísticamente “Patriotismo”.
Podríamos comenzar a hablar de Víctor Heredia —como lo vamos a hacer—, enumerando lo que ya muchos conocen: miembro importantísimo de la canción argentina, ganador de importantes premios artísticos en su país, ha vendido más de un millón de discos, canciones suyas (Sobreviviendo, Todavía cantamos, Razón de vivir) tienen el status de clásicos del cancionero latinoamericano.
¿Cómo es el lugar dónde creció, se desarrolló, y cómo ha influido ese lugar en su arte y su persona? Nos imaginamos que debe ser un lugar con fuerte presencia natural, porque en sus letras hay muchas metáforas de estados anímicos transformados en fenómenos naturales; aparecen muchos animales, etc.
El músico argentino Milo J lanza La vida era más corta, un álbum doble donde se cruzan el folklore argentino y los sonidos urbanos contemporáneos, en una obra que reúne a varias generaciones y cuenta con colaboraciones destacadas como las de Mercedes Sosa y Silvio Rodríguez.
Miguel Poveda hizo suyo el Gran Teatre del Liceu de Barcelona —uno de los grandes Teatros de la Ópera del mundo— en su concierto Distinto del 15 de Octubre, en el marco de la edición de 2025 del "Festival Jazz Barcelona".
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