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«Joaquín Sabina»
Los Necios (V)
Conversamos con Sabina, después del primer recital de Pablo Milanés en Chile, quien hace más de veinte años que no venía y Sabina vino acompañando a su amigo. Inició su participación en el recital diciendo “Viva la Unidad Popular”. Después de una larga espera en el vestíbulo de un hotel en Viña del Mar, apareció Sabina con un vaso de whisky en la mano y toda la disposición para conversar.

“Los ingredientes que debe reunir una buena canción son: una buena letra, buena música, buena interpretación y algo más. Ese algo nadie sabe en qué consiste, pero es lo que te llega adentro”, señala
Joaquín Sabina al referirse a la canción como expresión artística. Todo quien conoce a Sabina podría hacer esa conjugación para definirlo. Como letrista es uno de los mejores que tiene la lengua castellana; como músico, digamos que es bueno y que se hace asesorar por mejores; si bien su voz sensual está cansada y maltratada, no hay quién interprete mejor las canciones de Sabina que el propio Joaquín y ese algo más que lo ha llevado a convertirse en un ícono de la canción popular hispanoamericana.
En el ranking de los guapos siempre sale, incomprensiblemente, Joaquín Sabina. Digo incomprensiblemente porque Joaquín es un feo de manual, trabajado en los rincones arrastrados de las juergas y las noches. Sin embargo, ejerce una gran seducción entre la mayoría de féminas, y hablo de atracción en el sentido más terrenal del término. Tiene lo que diríamos morbo, palabra indefinible que, sin embargo, genera efluvios de todo tipo en la fábrica hormonal. No conozco ninguna mujer, entre las que me encuentro, que no considere a Sabina un tipo muy atractivo, con el que perderse en alguna barra de bar.
Desde los antiguos griegos se llama acrópolis a la ciudad alta, ese lugar que está cerca de los dioses y del espíritu. Montjuïc es ahora, despojado de los vestigios militares, una verdadera acrópolis del arte y del recuerdo. Muertos y vivos se encuentran allí para ofrecer lo mejor de cada uno. A la acrópolis se debe subir a pie, con esa penitencia casi genuflexa de quien sabe que va a experimentar una revelación. Serrat y Sabina nos invitaban en el Sant Jordi a una comunión con la vida del país real. Y así, miles de gentes vieron que las escaleras mecánicas municipales funcionaban.
Insinúa mi buen amigo
Fran Espinosa en el tercer capítulo de este largo culebrón sobre corridas y trovadores que en CANCIONEROS.COM se selecciona a los trovadores en función de su lugar de nacimiento. El amigo Espinosa intenta hacerme entrar en un jardín donde no pienso poner los pies. Sus insinuaciones son autocontestadas con la suficiente contundencia tan sólo observando la nómina en el apartado
cancioneros y añadiendo los que están en construcción.
De haber nacido en Úbeda…..
De haber nacido en Úbeda (Jaén), ¿habría sido Serrat apoyado por Xavier Pintanel, director de esta página como ha sido Serrat?.
De haber nacido en Úbeda (Jaén), ¿habría sido tratado Serrat con guante blanco por los medios de comunicación catalanes?.
Tengo un par de mangantes ya preparados, trabajando en la falsificación de mi partida de nacimiento, sustituyendo donde dice que nací en Madrid, en el barrio de Chamberí, por otra donde dice que nací en Barcelona, para ver si puedo colarme entre “ los grandes” en cancioneros.com”.
Leo con agradable sorpresa el email que ha mandado mi amigo Joan Carles al foro de Internet en el que ambos “militamos”. Nos habla del enfado que tiene al haberse enterado que Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat estuvieron el pasado domingo en la corrida de toros celebrada en Barcelona. Si, me habéis leído bien, digo “agradable sorpresa”, ya que es enternecedor que mi amigo, que ya no es un niño, se escandalice de determinadas actitudes de nuestros eternos cantautores.
RETRATOS DE CANTANTES
Joaquín Sabina es un madrileño de Jaén. Después de vagabundear por el mundo recala en Madrid y allí desarrolla las pautas de lo que será su propuesta musical. Graba a finales de los 70 un disco, "
Inventario", con arreglos de corte clásico muy diferentes a sus trabajos posteriores, que pasa desapercibido. Se da a conocer popularmente a comienzos de los 80 con el espectáculo, y el disco que editan, que junto a
Javier Krahe y Alberto Pérez presentan en el pub madrileño
La Mandrágora.